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El origen
Al día siguiente, después de que los hermanos desayunaran unos champiñones (Yoshi insistía en que eran Goombas, no setas o champiñones), se abrió un portal gigantesco, y de él salieron dos manos gigantescas.
-Chicos, estes son Master Hand y Crazy Hand, los creadores del torneo. Les he pedido que saboteen el combate en el que esté Bowser, para terminar con todo este problema de dimensiones.-explicó Yoshi.
-Sí, y hemos aceptado su petición, por mucho que nos cueste arruinar parte del torneo.-dijo la mano de la derecha.-Soy Master Hand, por cierto. Yoshi ya lo sabe, pero, como mi hermano y yo somos idénticos, nadie nos distingue. De hecho, todas las manos de mi dimensión son hermanos míos. Por eso no me diferenciaréis entre cinco de mis hermanos. Un poco lioso, pero bueno...
-La verdad es que me parece bueno el saboteo del torneo.-dijo la mano de la izquierda.-Mi nombre es Crazy Hand, y soy el rey de las ideas disparatadas. Aún así, en una tragedia, puedo conseguir una idea muy rápidamente.
-Acompañadnos.-ordenó Master Hand, entrando en el portal. Después, Crazy Hand le siguió, y se adentró en el portal gigantesco.
Yoshi corrió, y desapareció en el portal. Pacman hizo lo mismo, y también Jigg. Kirby me acerqué al portal, y cerró los ojos. Veía unas imágenes que se movían. Estaban sus hermanos y él en el parque, cuando tenían cinco años, apenas.
Mientras jugaban, los padres de Kirby charlaban. Kirby les echaba de menos, pero sabía que no se podía hacer nada. Una lágrima se derramó. Volviendo a las imágenes, empezó a formarse un eclipse. Miró hacia arriba.
El viento era inmenso, casi como un huracán. Sus padres recogían, y agarraban a sus hermanos, que lloraban del miedo. Su padre le agarró con todas sus fuerzas. Tranquilos, no va a pasar nada...decía su madre.
Entonces, el viento creció. Hasta los árboles más resistentes se movían. De hecho, vio cómo un edificio se balanceaba. Lo estaban evacuando. La familia de Kirby echó a correr, pero el viento les propulsaba hacia la dirección del eclipse.
El viento se hizo más intenso aún. Mientras la familia de Kirby levitaba, Pacman luchaba por no ser arrastrado. Pronto, el viento le ganó, y salió propulsado hacia el eclipse.
¡NOOOOOO! gritaban todos mientras lloraban. Jigg se agarró con todas sus fuerzas, pero de nada sirvió. Una gran racha de viento le dio en la cara, y Jigg empezó a caer. Caía de un lugar muy grande, y moriría si nada ocurría. Por suerte, el viento la salvó... para volver a ser lanzada hacia el eclipse.
¡Yoshi, aguanta! ¡Aguanta! sollozaba Kirby. No podía perder a nadie más. No. De pronto, el eclipse se acercó cada vez más. El viento se volvió más tranquilo, y, como resultado, empezaron a descender tranquilamente.
¿Qué se supone que es esto? exclamó Yoshi. ¿Un agujero negro, un meteorito, o... algo de otro mundo? Estas teorías de Yoshi se deben a lo que siempre le gustó el espacio. Y, estaba en lo cierto. No era de aquel mundo.
¿A DÓNDE LLEVA? gritó el padre de Kirby. Empezó a acercarse rápidamente a la familia. ¡Corred, creo que nos persigue! ¡Manteneos alejados de la ciudad, ese portal absorberá cualquier cosa! ordenó el padre de Kirby.
Los padres de Kirby fueron hacia la izquierda del portal. Pero éste no se detuvo. No fue a perseguir a los padres, si no que continuó avanzando hacia los pobres hermanos Tragones.
Yoshi corrió, seguido de Kirby, hacia la derecha. Se mantuvieron alejados. Si esa cosa quería ir a por ellos, era mejor mantenerse alejados de sus padres, o ellos también estarían en peligro.
Los hermanos corrían mucho, pero el portal empezó a crear otra racha de viento. Como si unas manos de viento les agarraran, los hermanos fueron propulsados hacia el portal a toda velocidad. Por suerte, Kirby logró oponerse al viento, comiendo un árbol, en el que se transformó de inmediato.
Corrió para salvar a su hermano, abriéndose paso entre el viento. Aunque era demasiado tarde. Lo último que Kirby vio de su hermano fueron sus ojos, llenos de lágrimas. ¡YOSHIIIIIII! gritó Kirby. Dentro del portal, su hermano iba oyendo cada vez menos cómo lloraba su hermano. Y Kirby lloró más de lo que nunca había llorado. No podía parar. Estaba atrapado en la tristeza.
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